viernes, 8 de marzo de 2013

El teatro de los sueños

Por fin, tras una ajetreada semana de victorias blancas ante un paupérrimo Barça que nunca habla de árbitros ni se queja hasta que pierde, el Madrid vuelve a medirse ante un gran rival que SÍ juega al fútbol, que respeta, que intimida, que arrasa allá donde va. Un rival que si pierde, lo acepta, y si gana, lo festeja como debe. Un rival que no necesita despotricar del contrario para demostrar su grandeza. Un rival que nos vendió su joya más preciada por una cuantiosa suma de dinero y que ahora, con el tiempo, se ha dado cuenta que su joya no tenía precio. Y ese no es otro, señores, que el Manchester United.

Recordemos que este equipo inglés va a la cabeza de la Premier, con 15 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado. Recordemos además que el palmarés del ManU es muy extenso, y para mí, sin duda, uno de los mejores equipos europeos.

Como ya dije en el bar, el martes pudimos ver y gozar de una final adelantada. Y es que un choque ManU-RM sería una final de ensueño, de esas bonitas en las que, aunque tu equipo pierda o gane, sería una derrota o una victoria agridulce, porque los dos son grandes, los dos son leyendas, los dos son equipos como pocos.

Se juega la vuelta de octavos, el pase a cuartos, en Old Trafford, o lo que es lo mismo, en el teatro de los sueños. El RM saca un once de gala, con CR7 e Higuaín para rematar, con un seguro en portería como es Diego López (¡y que le dejáramos escapar y encima ahora estuviera calentando banquillo!), con artillería pesada como Ramos o Varane (¡qué partidazo se marcó la joya de Zizou!), Mesut, Xabi Alonso, Coentrao, Arbeloa, Khedira y Di María completan este esquema, este equipo que quiere hacer historia, que quiere ir pasito a pasito por el sendero europeo. La formación está clara: 4 abajo, 2 en el medio, 3 arriba y 1 en el iceberg para rematar. Mou confía en el Pipa.


Mientras se anuncian a los jugadores, ocurre algo en el estadio que ni en el propio Bernabéu ha pasado. No así, no siendo el rival, no con esa energía, no en una noche Champions, no de tal magnitud. El speaker deja para el final a Cristiano Ronaldo, odiado y amado por partes iguales. Pero esta noche, en este campo, ante esta afición, no hay odios, ni rencores. Sólo cariño, sentimiento del bueno, del bonito, del que perdura, grandes recuerdos, mejores momentos. Y es que no podría describir lo que pasó, así que os dejo el vídeo, porque seguro que, como a mí, se os ponen los pelos de punta:


Y por fin comienza el partido, un partido a priori de cara para el equipo local. La primera parte no la pude ver por motivos laborales, pero la segunda sí. Por lo que me dijeron, el Madrid no hizo nada, algo imperdonable para un equipo de leyenda, un equipo que al día siguiente cumplía 111 años, que se dice pronto, un equipo que ansía la Décima. No. Un equipo de esta talla, con jugadores de este calibre, no puede salir a jugarle al Manchester United como si fuera un entrenamiento. ¡NO! Así no se ganan títulos. Así la Décima tendrá que esperar un año más, y ya van 11.


En la segunda parte más de lo mismo. El RM parece que no despertaba y, para colmo de males, en el minuto 48 Ramos marca gol en propia puerta. Desde luego, desde que está con Pilar Rubio este chico no levanta cabeza. Por favor, déjala ya, que todo lo que toca lo gafa. Pero aquí no había acabado todo. La afición inglesa se veía ya en cuartos, pero no contaban con que una de las especialidades del RM es remontar partidos difíciles.

En el minuto 11 de la segunda parte, Nani, jugador del equipo anfitrión, es expulsado tras una polémica falta a Arbeloa. Mou, en su entrevista posterior al partido, dijo que él habría sacado amarilla. Bueno, yo os dejo las imágenes y lo que dice el reglamento al respecto y ya luego vosotros juzgáis.

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A pesar de lo que muchos creen, este hecho en principio no lo supo aprovechar el RM que seguía perdido y en la inopia, con Arbeloa dando pelotazos largos que iban a ninguna parte, Higuaín intentando rematar y que no había manera, y un Cristiano cuyos sentimientos compartidos pudieron con él. Para colmo, Di María tuvo que ser sustituido por una pequeña lesión al final de la primera parte y entró en su lugar Kaká, que últimamente ha cogido mucha confianza (ya iba siendo hora) y está aprovechando los minutos que Mou le da. Pero el RM no se dio por vencido y en el 13 de la segunda parte, justo dos minutos después de la polémica expulsión, Mou decide cambiar a Arbeloa (no me extraña, tras esa patada al más puro estilo DeJong) por Modric, que sale con ganas, con fuerza y con cojones. Su cambio se nota y es, para mí, lo que realmente cambia el partido por completo.


Luka es de esos jugadores que se adapta pronto, que cala hondo, que despliega su buen fútbol sea donde sea. Vamos, un jugadorazo. Nada más salir demostró su hambre de gol y éste no se hizo mucho de rogar. A los 8 minutos de su entrada al campo y tras varios intentos, marca el gol del empate, un golazo que devuelve a los ingleses a la realidad y que mete al RM de nuevo de lleno en el partido. Los que nunca nos bajamos lo celebramos. Los que quieren volverse a subir lo tienen crudo. No les dejamos ni un hueco.


Pero ahí no ha acabado, está claro. El RM vuelve a coger confianza, vuelve a echarle agallas y recuerda quién es. Señores, papá ha vuelto. Y de qué manera. Tres minutos más tarde Cristiano, a pase del Pipa que le envía un centro-chut, marca el segundo gol pero no lo celebra. Anteriormente ya había avisado de esto. Y posteriormente afirmó que, por primera vez, el ambiente le pudo. Y no es para menos. El ManU le convirtió en lo que es hoy. El RM le mejoró. Sentimientos encontrados, enfrentados, divididos. No debe ser fácil marcar al que te llevó por el mejor camino, al que te enseñó gran parte de lo que sabes, al que te vio crecer, madurar, convertirte en leyenda, al que te dio una Champions y un Balón de Oro.





Ya en el 25 de la segunda parte, sale Mesut por Pepe en vez de entrar Benzema, que era el que iba a entrar hasta que el RM anotó el segundo. Si el Manchester quiere pasar, necesita, sí o sí, dos goles, algo muy difícil teniendo en frente a un Madrid in crescendo minuto a minuto. Así que Mou opta por Pepe. No queremos sorpresas, ni contragolpes, ni fallos, ni goles, ni más presión. El pase ya es nuestro.

El partido sigue pero nada cambia. El ManU juega sus bazas como puede y cree que debe y el RM, con Mou a la cabeza, da un repasito táctico a todos sus detractores, aquellos que decían que el de Setúbal no tenía ni idea de fútbol. Desde aquí os mando besis y amapolas a todos vosotros.

Termina el encuentro y el teatro de los sueños ve con tristeza cómo su dueño vuelve a casa triste, abatido, pero con la cabeza bien alta. No es fácil jugar estas finales adelantadas. No es fácil pasarle a un equipo especialista en remontadas. No es fácil que tu rival sea el RM, un RM que viene de ganarle dos veces seguidas en cuatro días a su enemigo número uno, un RM que se ha crecido y se ha venido arriba en su peor momento, un RM que está pasando por encima de todos sus detractores y día sí y día también va haciendo ZAS allá por donde pasa. No es fácil, pero hay que irse a calla con la cabeza alta y el orgullo intacto porque desde luego el ManU jugó muy bien, y como dijo Mou en la entrevista posterior, perdió el mejor equipo de la noche. Y eso es así. El RM no desplegó todo su arte y su buen hacer, y eso no es desmerecer a mi equipo, es ser realista.


El teatro de los sueños se convierte en pesadilla para unos y hacer honor a su nombre para otros. Ahora toca pensar en nuestro próximo partido, en nuestro próximo reto, y en todo lo que nos queda por hacer. Centrémonos en la Liga, que es lo que viene ahora, que para Champions y Copa del Rey aún queda mucho. No sabemos dónde jugaremos, ni contra quiénes, pero lo importante es que lo haremos, y además lo mejor que podamos.

Hay quien habla de robo al United, pero omite la mano de Rafael en la línea dentro de portería sacando así un cabezazo del Pipa. Está claro que el árbitro no estuvo acertado, pero favoreció y perjudicó a ambos equipos. Habláis de robo al United como si vistiéramos de azulgrana y esto fuera Stamford Bridge. Lo siento, pero no hay comparación. Al menos nosotros, cuando se equivocan incluso a nuestro favor, lo reconocemos. Nosotros sí hablamos de árbitros, pero tanto para bien como para mal.

Ahora pensemos en nuestro próximo partido, en mejorar, puesto que Mou ya dijo que no le gustó cómo jugó su equipo. No se fue contento con la actuación del conjunto blanco, y eso hay que pulirlo. Sabemos que podemos hacerlo mejor, así que hagámoslo.

Y mientras, lo que se quieren volver a subir al carro lo llevan claro. Los que llevamos aquí toda la vida incluso en los peores momentos nos hemos adueñado del buque y ahora navegamos nosotros. Así que os quedáis fuera. Mirad el lado bueno: la natación viene muy bien para el cuerpo. Besis y amapolas, oportunistas de tres al cuarto.

A todos los demás, sigamos juntos, sigamos unidos, sigamos animando, porque somos grandes, somos leyenda, somos REAL MADRID.

¡VAMOS REAL, HASTA EL FINAL!

1 comentario:

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